Si te gustan los interiores que combinan tonos neutros y colores vivos en su justa medida, texturas y materiales de todo tipo, que atraen la luz en cada rincón, y donde lo vegetal y natural predominan, sigue por aquí…

La historia empieza con una pareja residente y trabajando en Barcelona a la búsqueda de aire fresco, cansada de la rutina diaria de la cual es difícil escapar en nuestra ciudad entre oficina, colegio, extraescolares y muchas horas perdidas en el coche. De allí la decisión inesperada de comprar un piso en Girona, en el mismo edificio que los padres de uno de ellos.

El piso de 172m2 fue integralmente reformado. Inicialmente consistía en un espacio dividido en numerosas habitaciones y poco funcional. El planteamiento inicial consistió en reorganizar los espacios y adaptarlos al estilo de vida de una familia del 2020 (confinamiento incluido!).

Nada más entrar, el recibidor ancho y funcional con su banqueta cómoda y almacenajes casi invisibles da un primer sabor de como va a seguir la visita. Azulejos hexagonales en tonos grises que recuerdan los diseños  de la época impresionista abren el paso a un parquet de madera natural que nos lleva hacía la sala de estar. Pero antes nos fijamos a mano izquierda en un módulo acristalado tipo verrière que recuerda el estilo industrial. En este espacio, antes de la reforma funcionaba una lavandería generosa, ahora se ha convertido en un home-office que puede funcionar de habitación para invitados con las cortinas cerradas. Un 2 en 1, perfecto! Un pequeño aseo con pavimento de gres porcelánico y azulejos en tonos gris azulado y mobiliario de madera se ubica discretamente en frente del despacho.

 

Llegamos a la zona de día, sala de estar y cocina en un único espacio. En la cocina, se optó por los tonos menta, por la madera y por una encimera blanca, un conjunto que realza el grado de luminosidad natural conseguido con los numerosos ventanales que llevan a la terraza. Una isla generosa y acogedora mira hacía la zona de estar. Una mesa de madera familiar del principio del siglo XX y unas sillas Wishbone nos llevan al salón donde un sofá gris, otro azúl y un sillón de estilo escandinavo forman un salón casi íntimo. Los cojines rosa, azul y amarillo aportan un toque colorido al conjunto y contrastan con la alfombra berbère cálida en tonos neutros. Una estantería fabricada a medida viste la pared más próxima procurando dinamismo con un conjunto de nichos de almacenamiento de diferentes tamaños y revestidos de manera aleatoria en blanco y madera.

 

En la zona de noche, verdadera zona cocooning pero sin dejar de ser funcional, predomina la madera clara, el tono mostaza y el contraste negro / azul. Dos habitaciones del piso antiguo se fusionaron para crear una habitación en suite con vestidor y baño incluido. El total white del baño y el mobiliario de madera  contrastan con el negro de la grifería y de los accesorios, un conjunto elegante infalible. En la habitación infantil, el dúo mostaza / azul funciona a la perfección y enlaza con otro baño auxiliar con toques en los mismos tonos. En el baño, destacaremos las lámparas colgantes azuladas de la marca BOVER, empresa Barcelonesa y con producción local.

 

Acabaremos nuestro tour por la terraza. Allí, encontramos un espacio acogedor que hace eco a la paleta de colores y a las texturas encontradas en el piso. Perfecto para las veladas veraniegas!

 

Un piso lleno de frescor y paz, muy bien equilibrado, enhorabuena al equipo de arquitectos e interioristas, y por supuesto a los dueños por su elección y apuesta!