En esta bonita temporada que es el fin de verano, tengo ganas de presentaros un proyecto de una reforma llevada en Barcelona llena de frescura . En este caso, nos alejamos de los esquemas tradicionales para descubrir un trabajo ingenioso en cuanto a remodelación de espacios y creación de ambientes.

La reforma se llevó en la Calle Gustavo Bequer (alturas del barrio de Gracia) por el estudio de interiorismo Sirée. Todo un reto desde el principio ya que los propietarios deseaban convertir un garage en una vivienda moderna y dinámica. Una superficie total de 62m2 a reinventar en cada esquina pero sin perder rastro de los elementos del pasado.

Se optimizó el espacio inicial de forma triangular situando en las esquinas dos estancias más reducidas, el baño y el vestidor. El resto del espacio se ordenó con un módulo de madera para independizar visualmente cada área, provocando una espiral de privacidad, de menor a mayor intimidad, desde el recibidor hasta el dormitorio, pasando por cocina, comedor y salón.

A nivel decorativo, se apuesta por una paleta de colores neutros y frescos: el blanco de las paredes revestidas de ladrillo acentúa la sensación de amplitud y la penetración de la luz natural. Diferentes ambiente se crean en la sala principal: por un lado el salón-comedor con un sofá en tonos grises adyacente a la biblioteca (creada en la parte inferior de la escalera del modulo de madera). Por el otro, la cocina abierta separada visualmente por un suelo revestido de azulejos hidráulicos. La  mesa de trabajo no nos puede dejar indiferente. Recuperada del antiguo garage y restaurada, el resultado es una pieza única que sirve de isla y nos recuerda sin duda el estilo industrial. El mobiliario se complementa en todo el espacio por antigüedades que aportan al ambiente caché y hacen resaltar el estilo vintage de la vivienda. Elementos más modernos contribuyen a equilibrar el conjunto, tal como la mesa auxiliar de estilo nórdico o la alfombre con formas geométricas. El toque final  lleno de frescura lo aportan unas plantas colocadas en varios puntos del espacio. El baño hace eco a la sala principal gracias a un revestimiento con baldas «metro» y sus azulejos que nos recuerdan la época modernista (soy fan!).

El resultado es cautivador. Se ha conseguido apostar por varias piezas con mucha identidad y que nos trasportan inmediatamente al pasado pero el ambiente no es nada agobiante. Al contrario, se ha encontrado el equilibrio entre varios estilos y el efecto es fresco y ligero.

Os dejo descubrir el proyecto en imágenes, no os perdéis al final las fotos de antes de la reforma y la de la mesa de trabajo restaurada de la cocina.

Enhorabuena al equipo del estudio Sirëe por su gran trabajo y a los propietarios por su elección e inspiración!

Antes de la reforma: